El pasado 5 de septiembre,
Sentinel-2C, que sustituirá paulatinamente en sus funciones al Sentinel-2A, lanzado en 2015, partió desde el
puerto espacial europeo de Kurú (Guayana francesa), a bordo de un
cohete Vega que lo situó en su órbita, a unos 780 kilómetros de la Tierra.
Este nuevo satélite forma parte de la constelación de
satélites Sentinel, integrada en el programa Copernicus, cuyo objetivo es observar nuestro planeta y dar información precisa y actualizada para mejorar la gestión del medio ambiente, comprender y mitigar los efectos del cambio climático y garantizar la seguridad ciudadana.
Características y objetivos principales:
Imágenes multiespectrales: Sentinel-2C está equipado con un instrumento multiespectral (MSI) que captura imágenes en 13 bandas espectrales, que van desde el espectro visible (luz que el ojo humano puede ver) hasta el infrarrojo. Esto permite una gran variedad de aplicaciones en la gestión de tierras, vegetación, agua, y para el monitoreo de desastres naturales.
Alta resolución: Las imágenes de Sentinel-2C tienen una resolución de hasta 10 metros en algunas bandas, lo que permite un seguimiento detallado de los cambios en la superficie terrestre, como la expansión urbana, la deforestación, o el estado de los cultivos agrícolas.
Cobertura global y rápida: Gracias a la constelación de satélites (Sentinel-2A, 2B, y ahora 2C), el sistema puede observar cualquier lugar de la Tierra cada 5 días. Esto permite un monitoreo frecuente y actualizado.
Aplicaciones agrícolas: Uno de los usos más importantes del Sentinel-2C es en la agricultura, donde las imágenes multiespectrales se utilizan para evaluar la salud de los cultivos, la productividad y la gestión del riego. También ayuda a identificar plagas o deficiencias de nutrientes en las plantas.
Monitoreo ambiental: Sentinel-2C se utiliza para el monitoreo ambiental, incluidos bosques, cuerpos de agua, y áreas costeras. También es fundamental en la vigilancia del cambio climático, dado que su capacidad para observar grandes áreas en detalle ayuda a analizar los efectos del cambio climático en los ecosistemas y la biodiversidad.
Apoyo en la respuesta a desastres: La alta frecuencia de revisita del Sentinel-2C lo convierte en una herramienta esencial para la evaluación de daños en caso de desastres naturales, como inundaciones, incendios forestales o terremotos.
La misión
Copernicus Sentinel-2, en la que se integra Sentinel-2C, se basa en una constelación de dos satélites idénticos que vuelan en la misma órbita pero separados 180°: el Sentinel-2A, que será reemplazado después de un breve periodo de observaciones en paralelo, y el Sentinel-2B. Juntos, cubren toda la superficie terrestre y las aguas costeras de la Tierra cada cinco días.
El nuevo Sentinel-2C está equipado con una
cámara multiespectral de alta resolución, que proporcionará imágenes continuas con resoluciones de 10, 20 y 60 metros y una anchura de barrido única de 290 kilómetros. Sus datos tendrán aplicaciones en agricultura, vigilancia de la calidad del agua, gestión de catástrofes naturales (incendios forestales, volcanes, inundaciones) y en la detección de emisiones de metano.
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Cámara Multiepectral [Creditos: Airbus Defence and Space] |
Este lanzamiento refuerza el compromiso de Europa con la monitorización ambiental y la sostenibilidad. La integración de los datos de este nuevo satélite con los ya existentes permitirá una visión más detallada y global del estado del planeta, lo que es crucial en tiempos de creciente preocupación por las crisis ambientales globales. El lanzamiento del Sentinel-2C es clave para garantizar la continuidad del flujo de datos y la mejora en la capacidad de observación global. Contribuye a evitar huecos en la cobertura debido a fallos o desactivaciones de los satélites predecesores, lo que asegura que el programa Copernicus siga proporcionando datos cruciales para la toma de decisiones ambientales, económicas y de seguridad.
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